sábado, 30 de julio de 2011

Estan con Nosotros

Toda mi vida he visto cosas muy extrañas, incluso he escuchado advertencias y gracias a ello me he evitado accidentes..., yo no sé si me van a creer pero lo que le voy a contar es totalmente cierto y para quien quiera escribirme dejo mi mail, contactame4@hotmail.com .
Hace dos años que las cosas se han intensificado, no sé por qué será, lo único que les puedo asegurar, es que verdad, en el 2002 estuve embarazada y siempre que me encontraba sola sentía que alguien me acompañaba a todas partes, a menudo me sentía protegida y otras veces muy pero muy asustada. En el quinto mes de embarazo estuve 15 días con fiebre de 42 grados, por lo que me ingresaron en el hospital y una noche rogué no perder a mi bebé, ya que con esa fiebre tan alta corrían peligro ambas vidas. Esa misma noche desperté y la luz del baño de la habitación estaba prendida y de ella apareció una figura, no sé si era de hombre o mujer, que se deslizó hacia mi cama, me asusté muchísimo, la figura elevó sus manos y me dijo algo que hasta el día de hoy ignoro, y lentamente esa sombra se deslizó hacia atrás y desapareció con la luz del baño. Desde ese momento me bajó completamente la fiebre y a los 4 días ya estaba con mi familia en mi casa, después de aquello siempre siento la compañía de alguien. Tres meses después de esto, una noche me fui a acostar, y en el momento que apagué las luces sentía que alguien se dirigía hacia mi habitación y entraba por la puerta y se abalanzaba sobre mi, comencé a gritar y a llamar a mi madre que dormía al lado de mi habitación. Desde entonces duermo con la luz del pasillo encendida. Estos sucesos continuaron con el nacimiento de mi hija, mi bebé no dormía de noche, lloraba y no sabíamos qué pasaba, me asustaba mucho porque ella seguía con sus ojitos algo que recorría por la habitación y yo al igual que mi mamá nos asustaba esa reacción, una noche que me preparaba para dormir, de repente, alguien o algo me tocaba la puerta de la habitación, yo les preguntaba a mis padres si ellos habían golpeado mi puerta y me decían que no.
Un año después de estos sucesos, una noche como a las 20:30 me dirigí hacia el apartamento de mi hermana que vive detrás de mi casa, y al entrar, me dirigí hacia la cocina y comencé a escuchar ruido en la habitación y pregunté si había alguien, nadie respondió y de repente se abrió la puerta del placard de mi hermana y las perchas comenzaron a chocarse entre sí, empecé a gritar para que me mi madre viniera y cuando vino fuimos las dos a ver que había en la habitación y estaba completamente vacía, una semana después, mi hermana estaba frente al espejo, peinándose y detrás de ella pasó caminando un hombre alto de pelo oscuro con una bufanda roja, le dio un susto de muerte, y temerosa fue a ver quien había entrado en la casa y recorrió todas las habitaciones pero no había nadie, al rato de esto sonó el teléfono y nos daban la noticia de que había fallecido un amigo de la familia.
Estos sucesos no solo me pasan a mi sino a toda la familia, una tarde salimos a caminar y mi hermana prefirió quedarse en casa con su hija (mi sobrina), de pronto escuchó que llamaban (a mi sobrina que se llama Jazmín) Jazmín, Jazmín y mi hermana también escuchó que la llamaban, mi sobrina salió corriendo para el living y cuando llegó no había nadie, regresó al patio donde estaba mi hermana y le dijo que no había nadie, así que fueron las dos a fijarse, estaba vacía la casa pero lo más extraño fue que aseguró que la voz que escuchó era de nuestra madre.

Doble creer

Aquí me encuentro corriendo al viento, todo es real.
Semanas atrás pensé seriamente en mi locura pero ahora todo parece pegar un giro de comprensión.
Esto que veo, ahora, no es más que el verdadero “demonio”.
Claro, desde un principio estuve equivocado, pero ahora todo cierra; lo que veía no era más que mi reflejo.

Días anteriores a esto yo era, para así decirlo, normal. Aunque todo esto sonase extraño vivía bien; tenia un buen trabajo, buenas mujeres y el dinero que quisiese. Pero esto terminó cuando conocí a aquel hombre.
A este me lo encontré una noche veraniega en un bar de la ciudad de Buenos Aires.
Yo estaba sentado junto a la barra cuando de repente sentí que alguien tocaba mi hombro, alcé la vista y contemplé a un hombre de aproximadamente cuarenta años; llevaba puesto un sobretodo y el pelo algo enmarañado.
Su aspecto no me impresionó para nada, al contrario, me pareció algo de agrado.
Este se corrió el pelo y luego de mirar hacia ambos lados dijo:
¿Es usted…Eric Savinsqui?
Si, clarorespondí obviamente.
Buenas noches, mi nombre es… bueno digamos usted me va a llamar Sacio.
¿y que desea el señor Sacio? le dije irónico.
Mire usted, lo que le vengo a proponer es algo que seguramente usted no escuchó, o sea que con esto quiero decir que preste suma atención.
Algún día de estos usted recibirá un llamado, el mismo va a ser de mi agente, lo que usted tiene que hacer es…
¿Qué? ¿Está loco?, como va a pensar que yo voy a seguir sus instrucciones – Le dije.
Como decía, lo que usted tiene que hacer es esperar aquel día, yo ahora solo puedo responderle algunas preguntas, tres exactamente.
¿Cómo que solo tres?
Si, y le quedan solo dos.
Bueno… ¿Qué gano con todo esto?
lo que desees, todo lo que desees.
Y… ¿Qué sacrificio debo cumplir?
Ninguno, solo apoyar al clan status.
¿clan status?
se te acabaron las preguntas y se marchó.
Se marchó sin más explicación que esas dos míseras respuestas, ¿pueden creerlo? Se fue y nada más.
Luego de aquel encuentro con Sacio decidí marcharme a casa, pregunté al muchacho del bar por un taxi y me encaminé a la puerta.
Tuve suerte, el taxi llegó al instante, pero mis dudas acerca de aquel hombre no se fueron pasadas las semanas.
Recordé entonces que alguna vez había visto a aquel hombre. Si, era ese que había visto en una convención, la convención de las máscaras de la media noche.
Esta convención se realizaba una vez al año y en la misma se encontraban todo tipo de escritores dedicados al género fantástico, yo recuerdo haber ido ahí solo con curiosidad, pero aprendí diversas cosas y seguí asistiendo año tras año.
Entonces recuerdo haberme cruzado con aquel hombre, lo recuerdo bien porque llevaba el mismo sobretodo de aquella noche.
<< ¿Pero que habrá querido de mi? ¿A que se refería con el clan status?
Bueno, seguro lo sabré el día de mi llamado>> pensé una y otra vez.

Ese día no tardó en llegar, una mañana en la que me encontraba desayunando junto a una mujer que había conocido la noche anterior, sonó el teléfono del hotel donde me alojaba.
Atendí y oí la vos al otro lado del tubo, era una persona de aproximadamente cincuenta años, según estipulé en ese momento.
Esta persona delicadamente dijo:
Hoy a las cuatro de la tarde en el jardín del Sufragio.
¿en donde? pregunté apurado, y entonces colgó el teléfono.
Tomé la guía telefónica y empecé a buscar algún lugar con ese nombre.
Rato mas tarde lo encontré, era un hotel cercano a Caballito, el mismo me quedaba sólo a algunas cuadras del hotel donde me hallaba.

Llegué puntualmente, en la recepción pregunté donde se hallaba el jardín.
El encargado me dijo que sólo podían pasar huéspedes e invitados, yo le dije mi nombre y enseguida me dirigió hacia donde se encontraba sentado un hombre que parecía tener mi edad.
Estaba recostado sobre una posadera de metal, yo caminé titubeando y antes de llegar éste se dirigió hacia mí.
Pensé que no vendrías.
¿Y por que pensaría usted algo así de mi? dije poco convencido.
Porque dudaste cuando te di la orden.
¿Qué orden? Yo solo vengo a escuchar su propuesta.
Por supuesto, la propuesta que tengo para hacer es digamos un cambio.
¿que clase de cambio?
un simple cambio, usted nos da toda su confianza y nosotros lo que usted busque.
Pensará que es muy simple pero para demostrarnos su confianza deberá realizar una prueba.
¿Y que clase de prueba?dije dudoso
El se acomodó nuevamente en su posadera y dijo:
Su prueba va a ser entregarnos su alma.
¿Mi alma?, ¿y como quiere que haga eso?
usted no debe hacer nadame dijo.
sólo debe pronunciar algunas palabras y el resto nos corresponde a nosotros.
¿Quiénes nosotros?
Al clan status, claro.
Quedé pensando un instante y decidí aceptar su proposición, yo igual no creía en nada de aquello de las almas y esas cosas.
Bueno, digamos que acepto ¿Cuándo tendría los beneficios?
Desde el momento en que acepte.
Bueno, entonces acepto dije sin saber a que me arriesgaba.
Luego de pronunciar unas cuantas palabras que me indicaron todo parecía normal. Y un rato más tarde llegó quien había dicho llamarse Sacio.
buenas tardes, aliado. dijo entonces.
buenas tardes. dije sin consultar nada.
Ha tenido mucho valor al aceptar, ya que a muchos de los que les proponemos esto salen corriendo inmediatamente.
Si, pero me gustaría saber algo mas acerca del clan status.
El clan status no es mas que una mentira que se me ocurrió cuando lo vi, en realidad mi nombre es Nosferatus, señor de las tinieblas, dueño del infierno y la maldad. En ese preciso instante su rostro empezó a tornarse diferente, como el de un monstruo diría yo, su cara de persona normal cambio totalmente para revelar a la criatura mas asquerosa que vi en mi vida. Al instante caminé algunos pasos hacia atrás, pero era tarde, no podía huir, el se encontraba frente a mi con sus ojos clavados en los míos.
¿Le sorprende, no es así?
Mi boca tembló junto a mis manos y entonces dije:
Esto no puede ser real debe ser mas que un sueño.
Para tu desgracia es todo lo contrario, no es más que la cruda realidad.
Yo soy el demonio, tu el hombre y me alimento de la vitalidad de tu alma.
¿y mis beneficios?
Los tendrás, solo pide lo que deseas y te lo concederé. Tienes solo dos peticiones para hacerme.
Pensé un instante, tenía todo a mi alcance, pero las posibilidades eran muchas y tendría que elegir correctamente.
Me decidí entonces por pedir dinero y mujeres.
Entonces eso tendrás. Y se retiró instantáneamente.

Pasados los dos primeros días no noté diferencia en mi vida, todo seguía siendo normal, pero al tercer día, cuando me dirigía a comprar algunas cosas encontré en mi bolsillo una pequeña boleta de lotería.
La boleta era del día anterior así que decidí ir a la agencia para ver si tendría algún premio.
La chica que me atendió quedó estupefacta al ver la boleta. Si, la boleta era la ganadora.
Ha ganado más de cinco millones de pesos, dijo ocultando su emoción.
Si, ¿Cómo hago para retirar el premio?
Usted vaya tranquilo, la organización de lotería lo llamará, déjeme su número para que podamos comunicarnos con usted.

Como era de imaginar la noticia corrió rápidamente y antes de darme cuenta mi casa estaba rodeada de noticieros.
¿Qué se siente haber ganado tanto dinero?, preguntó uno.
¿Qué piensa hacer con lo que ganó? decía otro.
Las preguntas caían sobre mi cabeza, mientras yo sólo quería descansar.
Había sido una semana muy dura, primero lo de Nosferatus, luego esto.
Todo encajaba, mi primer deseo se estaba cumpliendo al pie de la letra.
Y claro, nada me extrañaba, lo que había presenciado tres días atrás alcanzaba para creer todo lo que me dijesen.

Al día siguiente todo parecía estar nuevamente en su lugar, pero al salir a la calle nuevamente me asechaban los medios. Yo no quería hablar, ¿Qué podía decir?, gané la lotería y estoy feliz, que estupidez.
Evadí todas las miradas posibles y decidí marcharme a alguna provincia tranquila, con respecto a los medios.
Así fue, un día mas tarde estaba en Entre Ríos en una ciudad llamada Paraná, allí pase varios días disfrutando del dinero, estando hasta con tres mujeres en mi cama y sin preocupaciones.
Las cosas parecían encaminadas, pero a una semana de haber llegado a Paraná me empecé a sentir mal físicamente.
Entonces decidí ir al médico, el me hizo unos estudios que pase a recoger a los dos días.
Como sospeché en algún momento el diagnostico fue VIH positivo. Si, estaba muy enfermo y no tenía cura.
Me sentí desesperado y comencé a buscar por todos lados al tal Nosferatus.
Pedí y grité a los siete vientos, entonces apareció en mi habitación.
Le dije mi petición, tenía que acordarse de que aun me quedaba una.
Pues no cumplió, sólo me dijo que tenía lo que merecía, que una persona que vende su alma no tiene derecho a vivir.
Enfurecido empecé a soltar gritos de odio, pero el sólo se desvaneció.
Quedé de rodillas en mi habitación, llorando y pidiendo perdón a Dios.
Mi cabeza comenzó a trabajar e ideas locas comenzaron a surgir.
<
Eso es lo que haré: contagiaré, por lo menos a una persona. >>
Empecé a enloquecerme con esta idea, tomé una aguja y me encamine a una plaza cercana al hotel.
Allí vi a una pareja sentada, estaban tomados de la mano y parecían tener unos dieciséis años.
Me les acerqué y les pedí fuego, la chica me lo dio cortésmente y en ese preciso instante pinché mi brazo con la aguja y luego a la chica.
La reacción de la misma fue inmediata y el chico sólo me pegó.
Caí desmallado en el pasto y un rato mas tarde desperté en la comisaría.

Me encontraba en mi celda, rodeado de policías y en ese instante comencé a reflexionar. Lo que había hecho no era más que una locura.
Pasaron días y me hallaba frente a una corte, yo muy ingenuo conté todo detalladamente.
Claro, el juez se rió en mis propias narices, era ilógico defenderme contando mi experiencia con Nosferatus.
Me llevaron con un psiquiatra, y el me dijo:
ya deja de creer eso que estas diciendo, tu nunca saliste de Paraná, nunca ganaste la lotería, nunca viste nada fuera de lo común.
Todo lo creaste con tu mente.
En ese instante mi cabeza empezó rebobinar como una película, el doctor tenia razón, nada había pasado.
Sólo había tenido un ataque de locura y amnesia.
Por esto me veo obligado a escribirles esto, a demostrarles lo que puede causar el doble creer.
Ya que el único demonio al cual había mirado de frente había sido mi propio reflejo.


Despierto un poco desorientado en mi habitación, pues el hedor a putrefacción ha logrado interrumpir mi sueño, me duele la cabeza, pero algo ha cambiado, este ya no parece ser mi cómodo y acogedor apartamento, el aire esta turbio y pesado y ¡¡las paredes!! Parecen ser de carne putrefacta, emanando ese penetrante hedor a muerte, casi parecen respirar, es grotesco. Me acerco a la ventana para intentar ver hacia fuera pero esta muy opaca y no deja ver nada, y al tocarla, me doy cuenta que ha dejado de ser vidrio y parece ser una piel densa y estirada, ¡¿Qué demonios es esto?!, salgo de mi habitación muy entubado por lo que estoy presenciando, me dirijo hacia mi sala de estar y el ambiente es aun mas lúgubre, comienzo a caer en la desesperación e intento salir del apartamento pero para mi asombro, me encuentro con la puerta de entrada encadenada desde adentro con cinco enormes candados que parecen estar hechos de huesos, esto me descontrola, comencé a tener una agobiante sensación de encierro y desesperación, pero no quería perder el control, siempre he sido una persona que sabe manejar sus emociones, así que me tranquilice tanto como pude e intente asimilar la situación.

Me di la vuelta y comencé a observar a mi alrededor, como queriendo encontrar una respuesta a lo que estaba pasando, pero lo único que pude ver eran unas extrañas figuras que se formaban en la pared, parecía como si un rostro desfigurado y con los tejidos expuestos intentar salir de ella, es escalofriante y a la vez repugnante.
Repentinamente, a mis espaldas, el televisor se enciende, pero no muestra nada, solo estática, intento apagarlo pero es en vano, intento desconectarlo pero no esta conectado, un escalofrío me recorre el cuerpo de pies a cabeza erizando todos los vellos en el camino. Intento no tomarle importancia mientras trato de comprender lo que esta sucediendo en este momento. Estoy seguro que es mi apartamento, son mis muebles, mis fotografías están colgadas en la pared, aunque todo parece tan grotesco, tan demoníaco, pareciera ser la guarida de algún repugnante demonio.

La peste no me deja pensar bien, siento que mi cabeza va a estallar, apoyo mi mano en la pared y me sostengo la cabeza con la otra mano, puedo sentir el palpitar de la pared entre mis dedos, me siento aturdido, luego comienzo a sentir que la textura de la pared cambia y se va volviendo mas viscosa, me alejo de ella rápidamente, veo como se forma un circulo negro en la pared que va creciendo como una mancha y comienza a emanar una viscosidad negra, emanando también mas pestilencia. ¡¡Pero que demonios!!, es una mano, una mano comienza a emerger de la pared, me quedo estupefacto sin poder creerlo, pero no solo es la mano sino un objeto con forma casi humana lo que esta saliendo de ahí. Es algo horrible y repugnante, tiene ese espantoso olor tan penetrante que podría olerlo aun si no tuviera nariz, esta bañado totalmente en lo que parece ser sangre coagulada y rodeado por esa negra viscosidad, sus tejidos internos están expuestos y casi no tiene piel, parece estar inflamado y en evidente estado de descomposición, el hedor a cadáver es asfixiante. Pero mi asombro es mayor pues parece estarse moviendo y emitiendo gemidos ¡¡Esta Vivo!! No puedo creer que esa cosa aun viva, el ser me vio, y ví como un ojo se le cayo, pero éste sólo se lo reacomodo y comenzó a moverse hacia mi, lo hacia casi arrastrándose, comenzó a ponerse de pie y venia hacia mi emitiendo esos tenebrosos gemidos que parecían de un dolor insufrible. Preso del terror que me invadía, di unos pasos hacia atrás y tropecé con una silla que estaba tirada en medio de la sala, pero pude ver con este ser se abalanzaba sobre mi justo antes de caer al suelo, mi cabeza golpeo contra el piso y quede inconsciente.

Despierto de golpe con un grito angustioso y mi cuerpo bañado en sudor, en mi cabeza están aun todas esas imágenes de horror, pero cuando reacciono me doy cuenta que estoy en mi cama, en mi habitación, un agudo dolor de cabeza acompaña mi mañana. ¿Habrá sido solo un sueño?, si, debió serlo, un sueño muy real, me digo esto a mi mismo tratando de convencerme pero la verdad, con poco éxito. Me levanto de la cama y me acerco a la ventana de mi cuarto, todo parece normal, como debe ser, veo hacia afuera y observo en la calle las personas caminando y los autos circulando. Algo me impulsa a tocar el vidrio de la ventana, es un sentimiento mezcla de curiosidad y temor, se que es ilógico, se que es vidrio, ¿que otra cosa podría ser?, pero, tengo que tocarlo, tengo que asegurarme. Me acerco y lo toco… nada, es vidrio, ya lo sabia, pero en mi interior suspiro aliviado.

Ahora más calmado, observo detenidamente a mí alrededor, todo es normal. Tocando las paredes me aseguro que son lo que son, sólo paredes. Esto aumenta mi incertidumbre de lo sucedido antes, pues en vez de tomar esa calma y normalidad de la que me encuentro rodeado ahora como una prueba que nada ha pasado, lo único que consigo es aumentar mi duda, me pregunto con cada vez mas recelo lo sucedido anteriormente, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Habrá sido real o no?

Aun adolorido e intentando poner mis pensamientos en orden, salgo de mi habitación y voy hacia la sala, apoyo la mano en la pared, en el mismo lugar donde lo hice antes y… como lo esperaba, nada. Me acerco al televisor e intento encenderlo y como todo lo demás, nada pasa, con ironía pienso que si hubiese encendido me habría asustado pues tiene meses de estar averiado. Observo la pared, el mismo lugar donde antes había brotado ese repugnante ser que no quisiera recordar, solo observo, prefiero no tocar ahí. Varios pensamientos surcan mi mente, como que seria horrible terminar así como ese ser, ¿que habrá hecho en vida para tener un castigo tan cruel? En ese momento, como un as de luz que atraviesa mi cerebro, una imagen llega a mi cabeza: la puerta de entrada, corro hacia ella, y quedo perplejo, petrificado ante la puerta, intento reaccionar pero mi cuerpo no responde, mis ojos observan la puerta, están fijos a la puerta. La imagen de la puerta y esos cinco candados me hiela la sangre y me llena de horror, entonces no fue un sueño, fue todo real. Intento controlarme nuevamente y pensar en una explicación lógica para esto, ¡¡ Pero que estoy diciendo?, esto no tiene lógica, tengo que salir de aquí!!. En un arranque desenfrenado cuando el temor se convierte en furia, corrí hacia el cuarto de baño y tome un hacha que ahí guardaba, regrese a la puerta y comencé a golpear los candados una y otra vez, una y otra vez, así unas veinte veces, hasta que mi furia se había disipado, pero este sentimiento ahora se convertía en desesperación al ver que los candados se auto reparaban a si mismos de cada golpe que les había propiciado, comencé a golpearlos otea vez con el hacha intentando en vano cortarlos pero estos re regeneraban una y otra vez haciéndose mas gruesos cada vez, no podía hacer nada, estaba agobiado observando algo a lo que no podía combatir, me detuve y el hacha comenzó a hacerse mas pesada y solo la deje caer a un lado, luego me derrumbe sobre mi mismo cayendo pesadamente sobre mis rodillas, a los pies de aquella puerta con esos cinco malditos candados, estaba perplejo, conmocionado, rozando el borde de la locura ante la imagen de esos candados en la puerta frente a mi, el mensaje era claro: yo no saldría de ahí.

Bajo la vista y observo mis manos: están sangrando le di con tanta fuerza a los candados que mis manos se hirieron, la piel se abrió y comencé a sentir el dolor. Aun me dolía la cabeza. Me levante para ir al baño a intentar curarme. En la sala tropecé con una silla, la maldije y solo la deje ahí tirada sin darle más importancia. Luego abrí la puerta del baño, entre y cerré la puerta, aunque vivía solo siempre tuve esa costumbre. comencé a buscar vendas en las gavetas, mi cabeza me estaba matando, abro la llave del lavamanos y me dispongo a asearme, en ese momento levanto la vista y veo el espejo frente a mi; algo no esta bien, mi rostro, me veo muy demacrado y casi cadavérico, yo no soy así ¿la condensación en el espejo no me deja ver bien?, acerco mi mano y lo limpio, pero ¡¡Mi Mano!!, tiemblo al ver mi mano pues puedo ver los huesos y tendones en su interior, y yo pensaba que era una simple cortada, con horror veo mi rostro en el espejo, no se como describir lo que ví, este dolor de cabeza no es solo una jaqueca, es un hoyo en mi cráneo, mi cerebro esta expuesto, ahora lo recuerdo, recuerdo por que me duele la cabeza, puse un arma en mi boca y dispare, la bala salio por la parte superior de mi cabeza, pero ¿no morí? ¿Como? Ese olor otra vez, el olor a muerte me invade otra vez, no, yo debería estar muerto, el ambiente alrededor mío comienza a cambiar, las paredes comienzan a transformarse en una masa de carne podrida y viscosa y se puede sentir como lentamente comienzan a palpitar rítmicamente como un corazón acelerado. Me veo a mi mismo y observo como la piel de todo el cuerpo se contrae y se abre, es en extremo doloroso, la sangre se coagula casi al instante y mis músculos comienzan a podrirse; la carne se me cae a pedazos dejando ver mis costillas y mi abdomen se abre dejando escapar mis vísceras, nunca creí decir esto pero mis intestinos se salían de mi y tenia que sostenerlos con lo que aun me quedaban de manos para que no cayeran al piso, mi cuerpo se estaba descomponiendo y es un dolor inimaginable.

Volví a ver el espejo nuevamente pero ahí ya no se reflejaba mi imagen, sino más bien, se veía una escena como en un canal de televisión, pero lo que ahí se reflejaba era una imagen de mi cuarto, y ahí estaba yo, acostado en la cama antes de haberme disparado en la cabeza. Di un paso hacia atrás y me topé a la pared, mejor dicho, me pegué a la pared pues los fluidos de mi cuerpo descarnado se pegaron de una asquerosa manera a los viscosos fluidos de la pared tras de mi, ahora convertida en una masa de carne podrida y palpitante. Pero no solo me había pegado a la pared, sino que sentía como esta me halaba mas y mas y no podía escapar hasta que me absorbió totalmente y me encontré dentro de esta palpitante pared, me sentía asfixiado, rodeado de una materia viscosa y oscura, esa sustancia se metía en mi boca y nariz y por todas las partes de mi cuerpo ahogándome sin llegar a morir. comencé a luchar para salir de ahí, luego de mucho esfuerzo logré sacar una mano, era mi esperanza de salir de ahí, comencé a luchar nuevamente, ahora con mas ahínco para poder liberarme y poco a poco pude ir escapando de la pared hasta que caí al suelo, bañado en esa sustancia negra y viscosa, pero extrañamente ya no me encontraba en el cuarto de baño sino en la sala de mi casa, de alguna manera me había desplazado dentro de la pared hasta llegar a la sala de estar, no sabia como, pero la verdad en ese momento esa no era mis prioridades, lo único que quería era que esa pesadilla acabara.

En el momento que caí al suelo desde la pared, levante la cabeza y pude ver a una persona que estaba ahí, quise levantarme pero un ojo se me cayó, me lo reacomode e intente acercarme a esa persona para pedirle ayuda pero mis cuerdas vocales estaban tan dañadas que de mi garganta solo salían unos espantosos gemidos, me asuste al escucharme a mi mismo, luego de esto pude ponerme de pie y con mis dos ojos bien puestos en sus respectivos lugares, pude ver a la persona que estaba parada frente a mi, y para mi asombro, era yo, ¿como era posible eso?, en cualquier otra circunstancia no lo hubiera creído pero ahora lo comprendía bien, ese era yo varios momentos antes cuando tuve esa mala experiencia que creía había sido un sueño, aunque no era nada en comparación a lo que estaba pasando ahora. Debía prevenirme de no suicidarme y lo intente, me acerque a aquel que era yo para advertirle o advertirme de lo que estaba sucediendo, pero una vez mas cuando abrí la boca solo salio ese macabro gemido de mi, y él se asustó, retrocedió y tropezó con una silla que estaba tirada en medio de la sala, se golpeo la cabeza contra el piso y quedo inconsciente ¡¡esa maldita silla!! Intente reanimarlo pero fue en vano así que lo levante y lo llevé a la cama justo a tiempo pues al momento de bajarlo un brazo se me desprendió.

Lo observe detenidamente por un momento, y ví su cabeza, estaba abierta, definitivamente no era por la caída, ya se había disparado, estaba muerto, recuerdo eso, recuerdo que lo primero que hice al despertarme fue dispararme en la cabeza, lo estaba viendo otra vez, no llegue a tiempo para advertirme de no hacerlo.

Un poco mas calmado, lleno de enojo y resignación por lo que me estaba sucediendo, recogí mi brazo y salí de ahí, me dirigí hacia la puerta y con sorpresa ví como los candados se abrían, las pesadas cadenas que sellaban la puerta cayeron al suelo, quería abandonar todo eso y dejarlo atrás, al fin podría liberarme, y entonces, lentamente con la única mano funcional que me quedaba abrí la puerta y la atravesé pero no era lo que yo esperaba, en realidad no estaba saliendo de mi apartamento, sino, entrando nuevamente, con la única diferencia que ahí todo se veía normal, la entrada a uno era la salida a otro era como estar al otro lado del espejo, donde la puerta marcaba la diferencia, cuando atravesé la puerta por completo mi mano se quedó adherida a ésta desde el hombro y se cerro tras de mi. Uno a uno comenzaron a aparecer los cinco candados que la sellan y mi mano que estaba ahí adherida comenzó a convertirse en un candado mas, son seis, ahora la puerta se sello con seis candados, al ver esto abandone toda esperanza y me deje caer al suelo, ahí tendido comencé a sentir como las pocas partes que aun colgaban en mi cuerpo se desprendían de mi y se fusionaban con el piso hasta que este se convertía en carne, y esa mancha de carne se fue agrandando poco a poco hasta alcanzar las paredes y el cielo falso, luego, cuando mi corazón se desprendió y cayo al piso, el lugar completo cobró vida, y las paredes poco a poco comenzaron a palpitar. Mi apartamento se había convertido en un lugar lúgubre, con el aire denso y viciado como la guarida de algún repugnante demonio. Mi apartamento cobro vida, pus yo le brindé la mía.

Despierto un poco desorientado en mi habitación pues un hedor a putrefacción interrumpió mi sueño, me duele la cabeza, pero algo ha cambiado…

Mañana lloverá

La última clase es siempre la peor. El cansancio acumulado durante la mañana finalmente vence nuestras fuerzas y nos oprime contra los pupitres. Hoy ha sido otro día vacío de significados, tal vez porque el gran hueco que deja el autoengaño al desvanecerse no puede ser ocupado por las pasajeras afectividades cotidianas.


El profesor expone en voz alta su interesante monólogo sobre la lógica kantiana. Al igual que los escritores, los filósofos son seres curiosamente extraños. Todos parecen escandalizarse ante la simplicidad del monótono ciclo de la vida y, para evitar la desesperación, dedican su tiempo a la creación de posibilidades razonables, mundos paralelos, complejas interconexiones conceptuales de difícil comprensión, realidades no acontecidas y toda una extensa gama de metafísicas ridículamente humanas; como si lo que es pudiera adentrarse un poquito en lo que jamás podrá llegar a ser. Aquel que no reconoce sus límites está irremisiblemente condenado a chocar contra ellos, y los ahogados bufidos de la clase parecen confirmar lo que pienso.


Al mirar por la ventana puedo captar la fluctuación de memorias olvidadas, sin sentido ni rumbo en el subconsciente. El aire dobla las malas hierbas que crecen junto al edificio y el cielo parece cubierto de ceniza; es muy probable que llueva.


Estoy empezando a sentirme mal. La cabeza me da vueltas, las formas parecen desdibujarse en manchas difusas ante mis ojos. Un agudo malestar constriñe ni vientre; creo que estoy enfermando por momentos.


Con gran esfuerzo consigo ponerme en pie -todos giran sus inexpresivos rostros hacia el novedoso estímulo- señalando la puerta con una mano mientras apoyo la otra sobre la mesa para no caer de bruces en el suelo. El profesor hace un indescriptible movimiento con su brazo sin interrumpir su discurso, que yo interpreto como la concesión del permiso para abandonar el aula, aunque de igual modo podría ser un recurso más de su repertorio gestual, tan histriónicamente explotado en la explicación de sus abstracciones.


Cierro la puerta a mi espalda y me dirijo hacia los servicios a paso ligero. Algo está bullendo, cambiando en mi interior, pero no siento ningún dolor. Comienza a escocerme el brazo derecho. Desabrocho la manga de mi camisa y, para mi sorpresa, compruebo que tengo el antebrazo despellejado, en carne viva; puedo ver el fino entramado de vasos sanguíneos que recorren mi extremidad descubierta, aunque sigo sin sentir el más mínimo dolor.


Un intenso olor a orín me golpea al entrar en la estancia de azulejos blancos. Antes de llegar a los lavabos una repentina arcada convulsiona mi cuerpo y vomito un espeso líquido negro. Caigo de rodillas al suelo con los brazos extendidos para evitar el terrible golpe y mi brazo derecho se rompe con un sonoro crujido. Al incorporarme veo mi brazo astillado flotando en el charco oscuro.


Tambaleándome intento volver hacia la clase. Una nueva arcada recorre mi tembloroso cuerpo. La masa de mis intestinos rasga la carne, rompiendo la camisa, irrumpiendo al exterior; en un acto reflejo, intento inútilmente mantenerla en su lugar con mi brazo izquierdo. No sé lo que está ocurriéndome, no siento nada.


Toda mi epidermis comienza a replegarse sobre sí misma como pergamino viejo y mi carne se cae a pedazos a cada paso. El maxilar inferior se desprende de mi cráneo y mi ojo derecho queda colgando del nervio óptico; lo arranco con un rápido tirón para no perder la estabilidad visual. El dolor físico es ahora sólo el recuerdo de una sensación inexistente.


Entre no pocos esfuerzos consigo abrir la puerta del aula. Durante una décima de segundo, mi único ojo percibe fugazmente todos los rostros de los alumnos, justo un instante anterior a su transformación en máscaras de puro terror. Intento hablar, pero me resulta imposible. Gritos inconcebibles inundan la clase cuando la percepción colectiva se hace real y efectiva. Muchos caen desvanecidos sobre sus mesas, otros quedan paralizados por el horror. Mi aspecto ha de ser espantoso, aunque lo cierto es que, mentalmente, sigo siendo yo.


Me arrastro lentamente hacia la tarima del profesor, que yace sobre ella con los ojos en blanco. Tras de mí escucho los aullidos dementes de los que consiguen escapar, cada vez más lejanos, reverberando por los amplios pasillos vacíos.


Mi cuerpo carece ya de los elementos y energía que lo sustentaban normalmente y caigo hacia delante, decapitándome con el borde de la mesa del profesor; mi cabeza queda encima, cerca de la ventana.


Soy sólo consciencia.

Soy materia insensible.


Puedo ver sobre las montañas del horizonte una bandada de pájaros alejándose. El cielo que todo lo cubre está hilvanado con nubes grises.


Mañana lloverá.

No mires hacia atrás



Alguna vez cuando tu estas en algún lugar solo ¿No sentiste que alguien te mira pero tú sabes que estás solo?

Bueno yo te diré la lo que te podría estar observando.
Hace algún tiempo un niño de 7 años llamado Antonni como todos los días iba de regreso del colegio hacia su casa por el mismo lugar, pero un día un perro negro lastimado de una pata se cruzo por su camino, Antonni conmovido fue tras el perro, lo siguió hasta un lugar desolado, y mientras el niño se dio la vuelta para ver donde estaba, el perro desapareció, entonces el niño perdido, fue en busca de ayuda para poder volver a su casa pero no encontró más que una pequeña casona, al ver que que anochecía se metió sin dudarlo, pero al entrar se dice que Antonni grito y grito de desesperación pero no había nadie para socorrerlo, pero ¿Por qué gritaba Antonni? Se dice que cuando entro a la casona una sombra sin cuerpo lo miro a los ojos con unos ojos amarillos, entonces Antonni se quedo petrificado del susto y murió.
Al día siguiente la policía junto a su madre lo fueron a buscar, y por la información que les dieron llegaron a la casona, apenas entraron vieron el cuerpo sin vida de Antonni en el suelo, pero lo mas extraño fue que al acercarse al cuerpo vieron que lo ojos de Antonni estaban de un color amarillo, los policías con un poco de miedo se lo llevaron. En el momento que iban de salida un policía miro atrás porque creyó que algo lo observaba, lo que vio fue dos pares de ojos amarillos ¿pero de quien eran ese par de ojos adicionales?, entonces el policía lleno de miedo no dijo nada, pero en el camino enloqueció y se suicido con su pistola pero nadie supo porque lo hizo.

Y ahora lo que te voy a decir no es un juego, cuando te encuentres solo y repites tres veces el nombre de Antonni en voz clara y fuerte sentirás que alguien te mira atrás tuyo, pero te aconsejo que no te des vuelta o podrías quedar marcado de por vida, yo lo intente apenas una vez, pero no lo hice directamente, sino a través de un espejo y lo que vi fue un par de ojos amenazantes color amarillos que me hipnotizaron por algunos segundos, de no haber sido por mi madre que llamo a la puerta tal vez jamás hubiera despertado.
Por eso te aconsejo no mirar hacia atrás, porque aunque no lo vi se dice que no solo te aparece un par de ojos, sino dos pares que se dice que un par son de Antonni, pero el otro par no se puede saber con exactitud pero se dice que son los mismos que miro Antonni antes de morir.

Esta historia es un hecho real, que espero que no intentes realizarla o quedarías marcado de por vida.

¿Me conoces? Yo a ti sí



Alguien se ha preguntado, alguna vez, si realmente conocemos a las personas que estan a nuestro lado; si nuestras amistades, en realidad nos aprecian; si nuestra familia, lo es, o somos fruto de una noche de desenfreno de nuestra madre, con un "amigo" de la facultad de nuestro "padre". Pues yo si, pienso en la cara oculta de las personas cada minuto, de cada hora, de cada dia. Cada vez que saludo a un conocido, beso a mi mujer, o abrazo a mi hijo. Se podría decir que estoy totalmente obsesionado.

Anoche por fin pude descansar, después de una semana de intenso trabajo. Ocupamos puestos directivos en grandes multinacionales, sobretodo en industrias energéticas, e incluso algunos hemos llegado a presidir algún país. Somos muchos, similares a vosotros, por eso pasamos desapercibidos. En lo único que somos diferentes a vosotros, es en nuestros sistema respiratorio. Nuestra raza necesita el Co2 para poder existir. ¿Por qué estamos aquí?. La respuesta es fácil, estamos invadiendo vuestro planeta. La razón, sencilla, nos falta espacio en nuestro mundo, somos demasiados.

Lo siento, tengo que dejar de escribir, mi mujer me llama para que vaya a dormir. Es activista de Greenpeace y mañana tiene una conferencia en una universidad sobre los peligros de la contaminación atmosférica. Mas bien tenía, esta noche conocerá mis más intimos secretos.

¡Voy cariño!.

Ya nos veremos, seguro.

Mientras Dormía



Una noche mientras dormía me ocurrió algo increíble. Llevaría un par de horas dormido cuando sentí una carga encima de mí, como si algo me aplastase contra la cama, intenté despertarme pero no podía, cosa extraña ya que tengo el sueño ligero y casi cualquier cosa me despierta fácilmente. Me esforzaba en despertarme pero no lo conseguía, era como si algo controlase esa fase del sueño no dejándome escapar de ella. Seguí sintiendo esa fuerza aplastándome, notaba como el colchón se hundía por el peso extra. Luché por despertarme pero era inútil, en sueños grité de rabia, cada vez con más fuerza. De repente oí mi grito, mis cuerdas vocales lo emitieron, conseguí que ese alarido pasase de la fase inconsciente a la consciente, en ese momento me desperté por el fuerte rugido que produje, de alguna manera traspasé esa barrera que separaba las citadas fases a través del chillido y conseguí acceder a la consciencia que me era privada. Raudo y totalmente despierto me dirigí al interruptor de la luz. Antes de encenderla vi un destello rojo en la oscuridad, también me pareció oír un pequeño murmullo, algo gutural.

Mi corazón latía apresuradamente, ya estaba totalmente consciente, y estaba seguro de no haber soñado ni el destello ni el murmullo. Sentí una presencia en la habitación, y no era mi miedo. Miré a todos lados, no vi nada. Al final desconcertado opté por dormirme de nuevo, yo no creía en lo sobrenatural, así que no le di mayor importancia. Seguí sintiendo la presencia, pero recurrí a mi mente científica decidiendo que alguna explicación lógica tendría todo eso, y la verdad importaba poco cual si asumía que era racional y no espiritual, así que resolví intentar dormir de nuevo. Lo conseguí al cabo de cierto tiempo.

Al poco volví a notar algo extraño, ya no era un peso que me aplastase contra el colchón, ahora era algo que tiraba de mí, sacándome de la cama y hundiéndome en el suelo, en una especie de inframundo siniestro. Pero tenía la sensación de que dejaba mi cuerpo atrás, me despojaban de él y me hundía en algo tenebroso. Otra vez no podía despertarme, veía una cegadora luz roja, y una pequeña sombra oscura que emitía un ruido parecido al de un perro iracundo. Grité de nuevo, di un golpe al aire con el puño hacia delante. Me desperté, no estaba en el suelo, estaba en mi cama, pero la mano me dolía, y no había la posibilidad de haber golpeado la pared ni nada, pegué al aire hacia delante, me desperté justo en ese momento, y el puño estaba en el vacío. Estoy seguro de no haber golpeado nada físico. La mano me dolía cada vez más, durante varios días tuve un pequeño moratón. Mi corazón latía cada vez más fuerte, pero ahora era por la rabia, noté que mis músculos se llenaban de una energía impresionante. Obviamente estaba produciendo una ingente cantidad de adrenalina. Mis ojos se colmaron de sangre, lo se porque me picaban intensamente, mi pecho se agrandó por el aire que cogieron mis pulmones, las venas de mis brazos se ensancharon, sentí que debía atacar aunque no sabía a que. Fue una sensación extraña, algo primitivo, como una presa que se siente acorralada y para defenderse se prepara a asestar un único golpe con toda su fuerza. En ese momento sentí como si pudiera tirar la pared de un solo puñetazo. Entonces la lámpara se movió en el techo, como si hubiera una corriente de aire, pero todo estaba cerrado. Luego un sonido en los libros de mi estantería. Y finalmente el silencio más absoluto. Dejé de sentir la presencia.

Algo vino a por mí una noche mientras dormía, lo se. No se que era, ni cuales eran exactamente sus intenciones. Pero si se una cosa. Volverá.

Misa Palo

Por razones que no vienen al caso, tuve que viajar a República Dominicana en la primavera del 2001 por motivos laborales. La multinacional para la cual trabajo me buscó un piso en la calle Orquídea, en el barrio llamado Buenos Aires de Herrera. Un barrio muy humilde y pobre, donde cada día se cortaba la luz durante varias horas, donde la gente hace una comida diaria, donde se roba la luz, el teléfono e incluso internet. La empresa me asignó una guía local, que vivía en la misma calle llamada Eridania Guante. Al principio pasaba poco tiempo en el piso asignado. eridania y yo viajamos mucho por la isla: Bávaro, Sosua, Puerto Plata, Montecristi..., viajé por toda la isla durante casi 3 meses.

Percibí el miedo que le tienen los dominicanos a los haitianos, y la curiosidad que sentía por los ritos vudú y todo lo referente a la zombificación hacía que, constantemente, preguntara a Eridania por ellos. Ella esquivaba mis preguntas ya que no le gustaba nada hablar del tema. En Septiembre, me dieron 15 dias de vacaciones, y en vez de venirme a España, o viajar por la zona, decidí quedarme en el piso que tenia en Buenos Aires de Herrera. Aproveché para al final convencer a Eridania de que me hablara del tema, y me contara todo lo que sabía. Al final conseguí que me hablara de todo lo referente, comentándome, que cerca de su casa vivian unos haitianos, y que si me apetecía ir a ver una misa palo, podría llevarme, y que luego hablara con ellos de todas mis curiosidades.

Fue el 9 de septiembre del 2001 cuando, por la mañana me llevó a ver una misa de esas. Una misa que se practica mucho en Haiti, donde, con un ritmo frenético invocan a espíritus de antepasados fallecidos. Me llevó a una cabaña, rodeada de una vaya oxidada. Eridania me presentó a Hurda, una chica de unos 16 años, haitiana, la cual me acompañó dentro, quedándose Eridania fuera. El porche se veía con mucha gente de diferentes edades y alguna que otra botella de ron Brugal de buena mañana. Conforme entraba en la propiedad del comedor salía un ritmo brutal de sonido y gritos acompasados. Algo tremendo. Cuando estuve en la puerta de la casa, logré ver dentro lo que ocurría. La sala estaba llena de haitianos ¿por qué se que eran haitianos? por el color de la piel. El haitiano tiene un moreno quemado por el sol, el dominicano se cuida mucho su moreno acaramelado. Ví a una señora muy mayor, sentada en una butaca, con un puro y una petaca en su otra mano, detrás de ella habrían 5-6 haitianas jóvenes cantando en creolé, sin entender nada de lo que cantaban.

Delante de la mujer mayor tres jóvenes con el torso descubierto, bailaban a un ritmo parecido a la capoeira, pero con gran susto para mi, cuando les vi los ojos del revés, o sea blancos, como si algo les poseiera. Pensé sarcásticamente dentro de mi, de que la marihuana, con el peyote y ron, son mala combinación para una mañana. Giré la cabeza, y entre la multitud busqué con la mirada a Eridania, a ver si estaba fuera, o se atrevió a entrar. Allí estaba, fuera, sin atreverse a entrar. Mientras la miraba vi una niña junto a ella, una niña de unos 7-8 añitos, morenita de piel, que se agarraba a uno de los barrotes de la verja. Noté que me miraba y sonreía. Yo le sonreí y le hice 4 carantoñas. Hurda empezó a explicarme lo que acontecía dentro de la casa, contándome que esa misa se hacía en honor de una familia cercana a esta gente, que había fallecido en una balsera, trantando de llegar a Puerto Rico, lo que aquí llamamos pateras allí les llaman balseras.

Me contaba que con esa misa de lo que se trataba era de que dieran señales de que estaban bien, allá donde estuvieran, y que si algún miembro de esa familia se manifestaba, lo haría mediación de la señora mayor que estaba sentada en su butaca. Parecía curioso todo aquello, la verdad que yo seguía escéptico a todo aquello, pero siempre desde el respeto. Volví a girar la cabeza buscando a Eridania, la cual aun permanecía fuera, en la calle. Le dije a Hurda que ya me iba, que gracias por su hospitalidad y el haberme dejado ver aquella misa palo. Sortee a la gente que permanecía fuera hasta que llegue a Eridania. Me preguntó si me gustó lo que vi. Le respondí que impactante es, pero que bueno, seguía algo escéptico. Pasaron los días, y tras mis días de vacaciones en Santo Domingo donde aproveché para visitar la capital, volvimos al trabajo.

El 13 de octubre fuimos al norte de la isla al hotel Occidental Cayo Levantado situado en la isla "Cayo Levantado"; a sólo 15 minutos en barco de Santa Bárbara de Samaná. La isla cuenta con tres playas de arenas blancas y aguas cristalinas. La naturaleza y la fauna, están protegidas como parque natural desde sus bellos fondos marinos, hasta su camino forestal. A que mala fui.

Llegando a la isla, que serían aproximadamente las 7 de la tarde, estando a unos 200 mts de la costa, logré ver una niña corriendo por la playa, alejándose de lo que es el recinto hotelero. Que casualidad que, sino era la misma niña que vi en Santo Domingo en la misa palo, era su hermana gemela. me dejó un poco tonto, la verdad. Nos dieron una habitación con vista al mismo puertecito donde desembarqué. que tranquilidad reina en esa isla. el pensar que estas en una islita, con un solo hotel, y que tienes toda la islita para ti solo, es una gozada. Bajamos a cenar después de una ducha. Cenamos, dimos un pequeño paseo sin alejarnos mucho del hotel ya que solo está iluminado las inmediaciones del hotel, nos tomamos dos mamajuanas, y nos fuimos a la habitación. Ya acostados, yo me puse a ver la tele, precisamente el canal internacional de TVE, mientras Eridania se quedaba dormida enseguida. Llevaría media hora viendo la tele cuando de golpe se fue la luz, dándome un tremendo susto. Me lenvanté y me acerqué al balcón comprobando que se había ido la luz en toda la isla. Luz eléctrica no llega a esta islita, el hotel funciona con una planta propia de energía, por lo que me extrañó mucho que tardara mucho en volver la luz. Nada, que como no podía coger el sueño, me encendí un cigarro y me salí a la terracita de nuestra habitación. Se veía movimiento de empleados del hotel, supongo que tratando de averiguar donde coño estaba la avería. Aproximadamente serian las 2 cuando vi cerca del puertecito, en la playa, la silueta de una personita pequeña, que, andando se alejaba del hotel. La verdad que ya empecé a ponerme un poco nervioso. ¿ sería la misma niña de la tarde de cuando llegué? y... además eran las 2 de la madrugada. Apagué el cigarro, cerré la puerta de la terraza, y me metí en la cama. No llevaría ni 10 minutos acostado cuando llamaron a la puerta levemente. Pasé de responder y de abrir.

Volvieron a llamar, esta vez un poquito mas fuerte. ¿que hago? ¿me levanto o no? la luz aun no había vuelto. Que llamaran para decirme que la luz no volvería en horas, o que en pocos minutos volvería, me la traía al pairo, pasaba de levantarme. Os lo juro, se me estremeció el cuerpo cuando una voz de niña pronunció mi nombre: "Alfre...." Alfre solo me llaman 4 personas en Valencia, donde vivo. Todo el mundo me llama Alfredo, incluso en Rep. Dominicana nadie me llamo Alfre. Me cagué encima, os lo juro cuando volví a oír mi nombre y como decía "Alfre sígueme...." Desperté a Eridania y asustado intenté contarle lo que me había pasado. Su respuesta: "Alfredo deja ya tu coro y no me relajes mas" (Alfredo déjate de rollos y no me jodas mas). Durante unos minutos nada, silencio, abrazado a la almohada. No pasó ni media hora cuando volvieron a llamar pero esta vez sin nombrarme. Mira, me levanto, y abro.
Abro la puerta, se me eriza el bello ahora mismo mientras lo escribo y compruebo que no hay nadie en el pasillo, levemente iluminado por unas luces de emergencia. A lo lejos oía a una gente hablar sobre la luz, serian trabajadores del hotel. Iba a cerrar la puerta cuando una voz femenina y muy infantil volvía a nombrarme, miré al final del pasillo y allí estaba. Os lo juro, era la niña que estaba en Santo Domingo que aquella misa palo, era la niña que había visto cuando llegaba a la isla, era la niña que había visto un rato antes desde la terraza de mi habitación... Me sonreía y me hacia con la mano que la siguiera. No se, en ese momento no tuve miedo. Supongo que, el que fuera una niña no me impuso tanto miedo. Llegué a pensar que podría hasta ser una broma de mis superiores, que retorcida es la mente humana, no?.

Sí, seguí a la niña, comprobando que se alejaba del hotel, por una senda muy cercana a la playa. Que huevos le eché, de verdad y a que mala hora. Iba caminando tras la niña, a unos 9-10 mts. Hubo un momento que me entró algo de miedo, a ver que la senda se alejaba de la playa, en la completa oscuridad y sin un referente en la orientación. Supongo que "ella" lo notó, porque se giró y me sonrió diciéndome que no tuviera miedo. Al final del breve paseo llegamos a la parte oriental de la isla. La niña cuando salimos a un claro ya en la playa echo a correr hacia...... una barca, donde adivine varias personas subir. Yo ya no seguí. Me quedé observando como la niña subía el la barcaza esa, junto a mas gente. No pude adivinar cuantos iban en esa barcaza. Solo pude ver como en la tranquilidad del mar como se alejaba la barcaza, y como aquella niña se despedía de mi con la mano. Que mal, no sabia que era aquello, no sabia si debía ir corriendo al hotel y contar lo pasado, no sabia si aquello era real o que coño era..., el tema es que me acojoné y mucho al encontrarme solo, a un par de km del hotel. Salí a la playa y , a medio carrera, que al final se convirtió en carrera total e histeria, me encaminé al hotel, adivinando en la lejanía el resplandor del complejo. La avería por fin estaba arreglada. Conforme llegaba al hotel miraba hacia atrás, miraba al mar que lo tenia a la izquierda, miraba a todos los lados....

Llegué a mi habitación, Eridania durmiendo y la tele encendida, me acosté, y nada, desvelado, sin poder dormir. Al día siguiente no fui capaz de contarle nada a Eridania, ni a nadie. Hicimos lo que teníamos que hacer, y nos volvimos a Santo Domingo. Seguí con mi trabajo, y cuando tuve oportunidad busqué a Hurda, la amiga haitiana de Eridania, y le conté lo que me había pasado en Cayo Levantado. Teníais que haberla visto cuando le conté todo lo ocurrido. Solo os digo que se asustó mucho, que se tenía que ir un momento, que le esperara en mi piso, que vendría enseguida. Que mal rollo verla en ese estado, de verdad. Pasaron como dos horas cuando apareció Hurda con la señora mayor que estaba sentada en la butaca en la famosa misa palo. Lizzy se llamaba la anciana, que ya estaba enterada de todo lo que me había ocurrido por Hurda. La señora anciana me cogió la mano, y sentados uno frente al otro y sin soltarme la mano, me contó lo siguiente:
Esa niña que viste era mi nieta Liliana. En el verano de 1998 sus padres, junto a varios dominicanos, haitianos y cubanos, embarcaron al norte de Samaná dirección a Cayo Levantado, para hacer noche en esta islita para luego, en noche cerrada dirigirse a Puerto Rico en busca de mejor vida. De la balsera nunca se supo, dándoles el gobierno dominicano por desaparecidos, como cientos de personas que lo intentan cada año. Sin dejarme de acariciar mi mano, sacó una foto de ella junto a sus padres. Era ella, os lo juro. Era la niña que vi por tres veces. Me enseñó otra foto de la niña solamente, bien arreglada, peinada, la típica foto de pose, con un colgante tribal en el cuello algo curioso.

Mientras miraba las dos fotos y me invadía un ligero nerviosismo por lo vivido, Lizzy dejo mi mano, y mientras Hurda le ayudaba a levantarse, me dijo: " y ella te ha elegido para comunicarse con nosotros" Mira, os lo juro, conforme le di dos besos y se alejó de mi piso, ya estaba yo llamado a Eridania por teléfono, pidiéndole que llamara a Air Europa ( es mas barato de Iberia) para que me sacara el primer vuelo para España. Eridania no entendía nada, y no paraba de preguntarme porqué. Daba igual todo, yo me quería ir de ese país, yo no quería ser ningún portavoz de espíritus ni nada parecido. Llame a mis jefes y les comente que quería volver a España, que ya estaba un poco cansado de ese país después de estar en el mas de 5 meses. (Conforme llegué a España fui despedido, pero no viene al caso).

Eridania me consiguió vuelo para el 4 de noviembre del 2001 a las 17:30 desde el aeropuerto de Las Américas. Subí al avión y conforme despegábamos juraba dentro de mi no volver nunca mas a ese país. Eran 6-7 horas de vuelo, por lo que me quede frito enseguida. A Barajas fue a recogerme mi ex novia. Tras el pertinente abrazo y beso lo típico: "¿como te ha ido? ¿que me has traído?...... qué bonito colgante llevas, si que es chulo...." ¿Colgante?.... Sí, llevaba del cuello un colgante tribal muy cuco, que cuando me quite al verlo fue tal el susto que el grito que di alarmo a la gente que estaba en Barajas. No lo tiré, algo dentro de mi no me dejaba deshacerme de el, de verdad. Era el colgante que llevaba Liliana al cuello en aquella foto que me enseñó Lizzy
Han pasado casi 4 años, y me he decidido a contar lo que me pasó. Nunca me he atrevido a contar esto a nadie, y bajo el anonimato que da internet me he decidido a contarlo. El colgante aun lo conservo, metido en un joyero.

Lo relatado me aconteció en el año 2001 durante un viaje de negocios a república Dominicana. Sólo a mi novia he sido capaz de contar esto. No le encuentro ninguna explicación. He decidido enviárselo a uds por si a otra persona le ha ocurrido algo parecido.


Si estás leyendo esto significará que ya no existo.

Hoy, día 29 de noviembre de 2009, Domingo, a las 3:00 horas, he decidido por voluntad propia y sin ninguna clase de coacción externa, poner fín a mi vida, y lo hago siendo plenamente consciente de que lo que me espera al otro lado no es sino el vacío más absoluto, la nada, la no existencia.

La sola idea hace que mi pulso se acelere y la sangre se me congele en el pecho. Ni siquiera en estos momentos soy capaz de levantar la mirada ante semejante visión y no estremecerme de terror, pero la idea de permancer un minuto más en este mundo es aún peor. Un mundo salvaje, egoísta y cruel, y lo que es aún peor, hipócrita, un mundo del que reniego y al que no quiero pertenecer. No, ya no.

Fui un iluso durante todos estos años al pensar que exitiría un papel para mi en esta pantomima, en este esperpento ridículo de sociedad, que finalmente encontraría mi lugar en el mundo, que lograría alzarme victorioso y alcanzar la meta para la que nací y para la que he estado preparandome durante toda mi miserable existencia. ¡Mierda!

Abrí mi corazón de par en par, dejé que cogieran todo cuanto quisieran hasta que me dejaron sin nada. He dedicado mi vida por entero a los demás sin preocuparme por mi propia felicidad, he dado todo lo que tenía y más, pero a cambio sólamente he recibido incomprensión, desprecio y la más absoluta y dolorosa ignorancia. El amor y la amistad son dos caminos vedados para mí, y mis ojos se inundan de lágrimas cada vez que pienso que me iré sin haber conocido a una sola persona con la que compartir todo lo que llevo dentro de mí ser. ¡Oh, malditos que me pisoteáis sin piedad!¡ Si pudiérais ver en mi interior!

Ya es demasiado tarde para la autocompasión, no puedo abandonar este mundo con mi corazón cargado de rencor y frustración. Mis últimas palabras han de ser de amor y agradecimiento, agradecimiento a mis padres que me dieron la vida y la esperanza de un mundo mejor y que desgraciadamente ya no están aquí. A ellos debo todo lo que he sido. Amor, a pesar de todo, hacia este mundo que seguirá girando impasible cuando todos hayamos desaparecido y en el que a fín de cuentas no siempre fui desgraciado.

He hecho todo lo que estaba en mi mano pero las cosas no han salido bien, soy débil y no he tenido el coraje necesario para seguir adelante, ya es tarde, las fuerzas me abandonan, la vida se me escapa. Me voy de este mundo y me voy solo.

Adiós.

Ferrari piensa en un coche mas agresivo para 2012



Tras una reestructuración técnica que desembocó en la salida de Aldo Costa del equipo, siendo sustituido por Pat Fry, el diseñador jefe de Ferrari Nikolas Tombazis ha declarado que la escudería ya está pensando en un nuevo diseño que les asegure empezar fuertes la temporada 2012. Al cuestionarle si dicho monoplaza supondría un concepto totalmente nuevo, o sería más bien una evolución, Tombazis respondió:

"Creo que ninguna de las dos, para ser sinceros. Hemos logrado una configuración bastante buena, y hay un montón de áreas en el coche que cambiarán sustancialmente. Eso representa un cambio mayor comparado con años anteriores, y sinceramente, necesitamos hacerlo ya que tenemos que dar un paso adelante mayor de lo que hemos dado previamente."

"En la Fórmula Uno nunca empiezas con una hoja en blanco, habiendo tirado todo a la basura, y dices: 'ok chicos, empecemos desde cero'. Tienes que aplicar un montón de cosas que aprendes de años anteriores. Creo que si echas un vistazo a los diferentes coches del pitlane encontrarás puntos fuertes en cada uno, incluso en los más lentos, así que nadie empieza nunca con una hoja totalmente en blanco. Creo que el nivel de cambio será bastante grande."

Preparar el 2012 sin olvidar el presente

Pese a anunciar cambios significativos para el año que viene, Tombazis reconoce que siguen estando muy centrados en conseguir victorias en 2011, realizando evoluciones no sólo en los alerones, sino también en el difusor:

"Este es un área en el que hemos encontrado una clara mejoría de rendimiento, así que muchos de nuestros recursos se destinarán lógicamente en el coche de este año porque queremos ganar carreras, y todavía quedan muchas por delante. Evidentemente, estos desarrollos no son aplicables en el coche del año que viene, pero otras cosas que estamos haciendo para el coche de este año sí, así que hay una mezcla: intentar optimizar nuestros recursos para cubrir ambos coches."

Al cuestionarle sobre el potencial para ganar carreras del coche de esta temporada, Tombazis respondió:

"Aunque no estemos ganando carrera a carrera, hay suficiente margen. Creo que Silverstone fue un indicador de mejora de rendimiento, y en Nürburgring, que no puede ser considerado un circuito favorable para nosotros, habríamos quedado mucho más lejos hace unos meses. Creo que esas mejoras que tenemos en la recámara para las próximas carreras deberían permitirnos estar ahí luchando."

miércoles, 20 de julio de 2011

El espíritu del niño muerto

"Cuando ocurren cosas, normalmente es a una persona o un grupo de personas compartiendo la misma experiencia, pero esto que voy a contar sucede en un pueblo, y ocurre a todos sus habitantes, los cuales ya están acostumbrados... Pero yo, como visitante, y mis primas, hemos vivido unas experiencias que a la gente de allí les parece "normales".

Fuimos a ese pueblo donde mis tíos tenían en las afueras una casa cerca del pantano. Para ir al pueblo tenías que seguir un camino de tierra durante cuatro kilómetros hasta llegar.

Como en la casa de noche nos aburríamos, mis tíos nos acercaban al pueblo en coche para que pasáramos allí unas horas con los chicos del pueblo. Era verano y las noches invitaban
a pasarlas hablando y disfrutando de compañía.

Los chicos del pueblo al principio nos parecían muy fantasiosos o que nos querían meter miedo. Decían que algunas noches se oía el gemido de un niño pidiendo ayuda... pero no venía de ninguna parte, sino de todo el pueblo. Cada uno de los habitantes lo oía en su propia casa, en la calle, en la tienda, en el bar... partía de las paredes, del suelo... a veces incluso sentían un empujón violento que los lanzaba al suelo... Contaban que
incluso una mujer embarazada perdió a su hijo en la plaza una tarde en la que se encontraba hablando con unas amigas al sentir que unas manos aprisionaban su vientre con tanta fuerza que la hizo abortar allí mismo. Ella estuvo a punto de morir y cuando se recuperó, se fueron del pueblo y no volvieron a él.

Les preguntamos que quién podría provocar esas cosas... y que después de lo de la mujer ¿cómo es que la gente no se va del pueblo también? Entonces nos contaron una especie de leyenda y del por qué creen que "eso" atacó tan ferozmente a la mujer.

Hacía unos diez años, unos niños del pueblo decidieron irse una noche de verano a otro pueblo vecino. Para ello tenían que atravesar un campo donde en uno de los laterales estaba el cementerio que compartían los dos pueblos y que se hallaba justo a la mitad del camino.

Cuando ya estaban bien avanzados oyeron un crujido a sus espaldas. Era el hermano menor de uno de ellos. Le instaron a que se volviese a casa pues no querían cargar con críos y éste se negó en rotundo, más que nada es que le daba miedo volverse solo.

Entonces decidieron despistarle. Al llegar a la altura del cementerio dijeron que iban a jugar para esconderse en él. Como había luna llena se veía bastante bien, este chico aceptó sin sospechar nada... Ya en el cementerio, uno contaba y los demás se escondieron todos juntos, mientras este chico se escondía en otro lado pensando que todos estaban haciendo lo mismo.

Cuando ya le perdieron de vista, los chicos se reunieron y salieron por una de las tapias dejando a este chico escondido. No podían evitar reirse de lo fácil que había resultado engañarlo hasta que oyeron un grito desgarrador... Al principio pensaron que se trataba de una broma, hasta que el segundo grito reaccionaron y volvieron a entrar en el cementerio... Estuvieron buscando por todas partes pero no le encontraron, gritaron su nombre, dieron vueltas y más vueltas y nada.

Al cabo de muchas horas, cuando ya despuntaba el alba decidieron buscar ayuda en el pueblo con la esperanza de que el chico les hubiese gastado una broma y se hubiese ido a casa.

Al llegar al pueblo, el hermano fue a su habitación, no había dormido allí, la madre le preguntó por su hermano pequeño y éste le tuvo que contar la verdad. La madre avisó al padre y éste a todo el pueblo... Salieron todos en busca del muchacho al cementerio.

Cuando llegaron allí, uno de los vecinos descubrió con terror que el cuerpo del chico se encontraba en una de las fosas que acababan de abrir días antes para un nuevo difunto... El chico tenía la cabeza reventada, los huesos de las piernas y de los brazos retorcidos en una figura grotesca, los ojos cristalizados por el pánico y la boca en una mueca de absoluto terror...

Fue un día negro en todo el pueblo, nadie se explicaba lo que había ocurrido allí. El hermano, con los años, fue internado en un psiquiátrico pues decía que su hermano se estaba vengando de él, le veía en todas partes, le pegaba... Los médicos le diagnosticaron neurosis obsesiva posttraumática, pero no podían explicar los contínuos moratones que aparecían por todo su cuerpo, incluso en la cara...

Al cabo de unos años, la madre de estos hermanos se quedó embarazada... y a los siete meses le ocurrió lo que ya contaron antes: Algo había provocado la muerte de su bebé y quizás su propia muerte de la que escapó por poco. Los chicos decían que los gritos que oían por las noches eran iguales que los que oyeron en el cementerio.

Oyendo esta historia la verdad es que les creímos... habíamos pasado un buen rato de miedo y nuestro tio nos vendría pronto a recoger para llevarnos a casa...

Cuando íbamos hacia el coche, sentí un golpe fuerte en mi espalda que me obligó a apoyarme en mi prima de una forma violenta. Casi nos vamos las dos al suelo... Miré hacia atrás, pero los chicos estaban hablando entre ellos a unos tres metros de nosotros.

Mi tío dijo que me había tropezado. Mi prima, sin convencerse del todo, fue hacia los chicos, cuando de repente volvió la cabeza hacia el otro lado de forma violenta... Dijo que alguien la había abofeteado... y tenía una mano marcada en la cara... una mano pequeña...

Nos asustamos muchísimo... y empezamos a gritar presas de la histeria... Los chicos vinieron a auxiliarnos mientras mi tío abría el coche rápidamente para meternos dentro. Los chicos hicieron una barrera con sus brazos protegiéndonos de lo que fuese y pudimos meternos en el coche. Por el cristal pude ver cómo golpeaban a algo invisible que les estaba atacando. Mi tio condujo a gran velocidad tocando el claxon como un loco. Al llegar a la casa llamó a mis otros tios y todos fueron al pueblo a ayudar a los chicos, pero ya todo había pasado. Éstos se encontraban agotados por la lucha, con arañazos, golpes... pero dijeron que estaban acostumbrados, que no pasaba nada.

Las agresiones en ese pueblo son esporádicas y no siempre a las mismas personas... pero ellos sienten que tienen que estar ahí para que ese niño que murió de forma tan violenta no esté solo... Llegará el momento en que pueda descansar en paz."

Regreso del pasado

Hace mucho tiempo dos hermanas vivían escondidas, vivían de este modo porque a ambas las habían acusado de brujería, ellas compartían su vida con personas que también se ocultaban en los bosques.
Por las mañanas salían de su cabaña e iban a recoger flores a un gran campo cercano las flores les llegaban hasta más arriba de la cintura, eran tan hermosas tan olorosas siempre jugaban a pillarse corrían y reían sin limites, por las noches miraban a través de una ventana al pie de las escaleras de su cabaña abrazándose mutuamente, preguntándose por el futuro en que mundo en que año volverían a nacer, miraban las estrellas y allí veían a los moradores que venían de ellas.
Se tenían la una a la otra, eso era lo mejor del mundo para ellas, su unión era indestructible, se prometieron que si no nacían a la vez se esperarían, se buscarían y no se olvidarían. Al poco tiempo personas armadas de los pueblos más cercanos atacaron a todos los habitantes de los bosques su furia se veía reflejada en sus rostros, las hermanas corrieron pero una tropezó y cayo,la multitud ya la tenía presa así que chilló a su hermana diciendo que salvase su vida que corriese, esta última dudo por un momento volvía pero entendió que no podría hacer nada,la hermana caída se levanto corrió un poco más pero volvió a tropezar, esta vez la caída la mató.
Su alma se elevó y nació nuevamente, su vida nueva era bastante mala y nunca perdía la sensación de que alguien la acompañaba, no recordaba nada hasta que con trece años empezó a recordar y en sueños la veía a veces, algo estaba con ella y ella sabía quien podía ser, estaba esperando que muriese para volver a estar juntas, nacer juntas de nuevo, ella estaba enferma estaba sola muy sola deseando morir para volver a estar con ella, temía a la muerte pero la deseaba, un día se marcho y no se supo más de ella, nadie la recuerda, nadie, su soledad acabó su tristeza se marchó su cuerpo jamás fue encontrado. Pero os diré una cosa ella habita en otro mundo un mundo que pocos perciben a través de un portal cercano al mar, ahora es el ser más feliz del mundo.

El loco del manicomio

Érase una vez un matrimonio que se iba a cenar porque era su aniversario y contrataron a una canguro para que cuidara de los niños.
Cuando el matrimonio se fue, la canguro le dio de comer a los niños, los bañó y los acostó y ella se sentó en el sofá a ver la tele. Mientras que veía la tele, el perro de la familia de aquella casa le lamía la mano.
Entonces anunciaron que un loco se había escapado del manicomio y no habían conseguido encontrarlo. De repente a la canguro le entró hambre y fue a la cocina a prepararse un sándwich. Entonces vio que la puerta de la cocina estaba abierta y dijo:
Hay un loco suelto y yo con la puerta de la cocina abierta.
Y cerró la puerta. Cuando se preparó el sándwich se sentó de nuevo en el sofá y le puso la mano al perro para que se la siguiera lamiendo.
Al rato escuchó un ruido y fue a mirar a la planta de arriba en las habitaciones de los niños pero estaban dormidos, entonces escuchó el sonido de unas gotas y fue a mirar al cuarto de baño. Allí estaba la cabeza del perro colgada de la pared y en el espejo estaba escrito con sangre:
LOS LOCOS TAMBIÉN SABEMOS LAMER...

La carretera

Un automovilista va conduciendo por una carretera, cuando ve a un hombre joven con el pulgar levantado. Al disminuir la velocidad para recogerlo queda consternado al ver que detrás de los arbustos o árboles de la carretera asoman dos o tres compañeros suyos.
Considerando quizá que están abusando de su generosidad, o tal vez alarmado ante la posibilidad de que se trate de una banda de ladrones, el conductor decide en el último momento no recogerlos. Los viajantes se encuentran ya bastante cerca del coche, pero el conductor pisa el acelerador a fondo y se aleja tan rápido como puede. Los viajantes parecen enojados: gritan y chillan mientras el automovilista se aleja. Feliz de haber logrado escapar a tiempo, el conductor sigue su camino unos kilómetros sin detenerse. Después, al comprobar que el indicador de la gasolina se acerca al cero, se para en una estación de servicio.
Acto seguido observa que el operario de la estación de servicio, lívido como la cera, se aparta horrorizado del coche. El conductor baja para ver qué es lo que pasa, y queda paralizado de horror ante lo que ven sus ojos.
Atrapados en una de las manijas de la puerta hay cuatro dedos humanos.